Pocas cosas son tan sorprendentes como el poder de la naturaleza. Piénsalo, está llena de sistemas complejos donde cada pieza cumple un rol importante para que exista vida en el planeta.
Esa es, precisamente, la mejor forma de accountability que he observado.
Quizás porque la naturaleza no depende de nuestra mentalidad como seres humanos, donde encontramos diversas maneras de evitar la responsabilidad, a fin de no rendir cuentas de nuestras acciones.
La buena noticia es que podemos adoptar esa bella forma en que actúa la naturaleza, dentro de nuestro estilo de vida y nuestros equipos de trabajo, por medio de la habilidad llamada accountability.
¿Qué es accountability?
La accountability es la habilidad de asumir la responsabilidad plena de nuestras acciones, decisiones y resultados, demostrando un compromiso genuino con la transparencia y la rendición de cuentas. A diferencia de la evasión de responsabilidades, esta habilidad nos invita a reconocer nuestro rol en la interconexión de nuestras acciones con el entorno que nos rodea.
Este concepto proviene de la administración pública, donde se busca rendir cuentas de las acciones realizadas porque se trabaja con el patrimonio público. Pero su valor está en la adopción que le dio la gestión empresarial, a fin de crear una cultura de empoderamiento dentro de las organizaciones.
El término “accountability” está en inglés porque la idea más cercana en español se refiere a la rendición de cuentas.
Al igual que en la naturaleza, donde cada elemento cumple su función para mantener el equilibrio, la accountability nos recuerda que cada acción, por pequeña que parezca, tiene un impacto.
¿Qué es accountability en las empresas?
Las empresas con mejores rendimientos están compuestas por equipos de trabajo de gran nivel. Y si algo he aprendido en dos décadas de experiencia, es que en estos equipos las cosas suceden disciplinada y consistentemente.
En muchas empresas, se ha instaurado una cultura de victimización que, lamentablemente, fomenta una forma improductiva de creatividad en los colaboradores: la invención de excusas.
Sin embargo, hay una forma de transformar esta realidad: implementar una cultura basada en el accountability. Este principio tiene el poder de cambiar la dinámica, inspirando a cada miembro del equipo a asumir la responsabilidad de sus acciones y resultados. Al cultivar esta habilidad, las empresas pueden superar las barreras de la victimización y construir equipos más comprometidos, transparentes y orientados al logro de objetivos comunes.
Beneficios de accountability
Accountability se trata de empoderamiento.
Por tal motivo, el principal beneficio es la sustitución de la zona de victimización por una cultura organizacional orientada al empoderamiento.
Mientras la zona de victimización evade la responsabilidad por medio de una cultura mediocre donde las personas se sienten poco importantes, el accountability nos exige adueñarnos de nuestro rol.
Cuando los colaboradores permanecen atrapados en la zona de victimización, es común observar ciertos comportamientos perjudiciales, tales como:
- Ignoran los problemas y niegan sus acciones
- Buscan culpables (sean circunstancias u otras personas)
- Se cubren en excusas
- Esperan la iniciativa de otros
- Dependen de que otros les digan qué hacer
- Asumen una actitud de “no es mi trabajo”
Implementar una cultura de accountability elimina estos obstáculos, fomentando un entorno donde cada miembro del equipo se siente empoderado para asumir su responsabilidad, contribuir con ideas y soluciones, y tomar decisiones con confianza.
De forma general, esta habilidad no solo beneficia a quienes la practican, sino que también crea un efecto transformador en las relaciones humanas y profesionales. Al adoptar la accountability, promovemos una cultura de confianza, respeto mutuo y colaboración.
¿Cómo establecer accountability?
En su libro “El Principio de Oz” Roger Connors, Tom Smith y Craig Hickman aportan una metodología para el establecimiento del accountability con base en 4 pilares: see it (verlo), own it (asumirlo), solve it (resolverlo), do it (hacerlo).
Para establecer accountability en tu vida (o como líder, en tu equipo) es fundamental respetar los pilares, los cuales podemos resumir en los siguientes: compromiso, responsabilidad y proactividad.
Compromiso: yo me adueño
El compromiso es el punto de partida para establecer una cultura de accountability.
Este pilar implica asumir la propiedad absoluta de nuestro rol, responsabilidades y resultados, reconociendo que nuestra contribución es clave para el éxito del equipo.
Más allá de cumplir con tareas asignadas, el compromiso requiere alinearse con los objetivos comunes y adoptar un sentido de pertenencia dentro de la organización o equipo de trabajo.
Responsabilidad: yo respondo
La responsabilidad va de la mano del compromiso, pero se centra en la capacidad que tenemos para responder ante las expectativas y consecuencias de nuestras acciones.
Este pilar subraya la importancia de mantener transparencia en el cumplimiento de compromisos y aceptar las implicaciones, sean estas positivas o negativas. Ser responsable implica estar consciente de cómo nuestras decisiones afectan tanto a los objetivos propios como a los colectivos, y actuar con integridad para resolver cualquier problema que surja en el camino.
Aquí está la clave para eliminar la cultura de buscar excusas o culpables, transformando los desafíos en oportunidades para aprender y mejorar. Al enfocarnos en «responder», se crea un entorno donde cada persona se convierte en un agente de cambio positivo.
Proactividad: yo tomo acción
La proactividad es el motor que impulsa la accountability, convirtiendo la intención en acción.
Ser proactivo significa anticiparse a los problemas, buscar soluciones y tomar la iniciativa sin depender de instrucciones o empujones externos.
Este pilar refleja una actitud de liderazgo individual en la que cada miembro se esfuerza por actuar a tiempo, adaptarse a los cambios y aprovechar las oportunidades antes de que estas pasen.
La acción proactiva marca la diferencia entre un equipo que solo reacciona ante los desafíos y uno que lidera el camino hacia el éxito.
Conclusión
Podemos asociar el término “accountability” a un estilo de vida donde nos volvemos responsables por nuestras acciones, decisiones y resultados sin importar el contexto.
Esta habilidad separa a las organizaciones de la pobre cultura de victimización, hacia una centrada en empoderamiento, responsabilidad y proactividad.
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Recibe un fuerte abrazo.
Kendrith Rodríguez.